EDUARDO LUIS VICENTE

Autor: Eduardo Luis Vicente
Título: El libro de Dardo

Recopilación: Liliana Inés Vicente
Género: Literario. Poemas. Relatos. Cuentos. Reflexiones.
Formato: 15 x 21 cm / 120 pág.
ISBN: 978-987-1159-74-1
Edición: Julio 2010
Observaciones: Trabajos de, y para, Eduardo Luis Vicente, joven maestro desaparecido el 10 de marzo de 1977... No pudieron reprimir, ni hacer desaparecer, su voz, sus sueños, su amor, que lo sobreviven... Trabajos recopilados y organizados por su hermana, Liliana Inés Vicente.

[...] A principios del año 1977, se encontraba junto a su amigo y compañero, Daniel Feldman, exponiendo libros de cuentos, que fueron traducidos a cuatro idiomas, en la 3ra. edición de la Exposición Feria del Libro de Buenos Aires, El Libro del autor al lector. El 10-03-77 fue un detenido-desaparecido, víctima de la represión; lo llamaban por el nombre de un amigo –Cacho–, y mi hermano no quiso decir que él no era esa persona; luego, mi padre y yo fuimos a avisarle, y así el amigo salvó la vida. Una acción heroica que habla de su grandeza de espíritu. Eduardo tenía sólo 24 años, y un mundo de sueños y proyectos que quedaron inconclusos.[...] Hoy, dos escuelas públicas llevan su nombre: La Escuela Nº 2 Maestro Eduardo Luis Vicente del Distrito Escolar 21, sita en Avda. Larrazábal 5430 y el Centro de Formación Profesional Nº14, Eduardo Vicente en Perú 482, 3er. piso, C.A. de Buenos Aires.
En estos días (Nov. 2010) El libro de Dardo acaba de ser declarado –por el Ministerio de Educación de la Nación– Obra de Interés Cultural y Pedagógico. Declaración que fue precedida por los AVALES, que con sensibles palabras, le dieron a esta obra tanto la Asociación Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora, como la de Abuelas de Plaza de Mayo.

Diferencias
.

Millones de veces te veo en las sombras,
en mi propia sombra, que siempre fue nuestra,
unidos en risas, en momentos tristes, en noches
cubiertas de franca alegría,
cigarrillos, discos, viajes,
calles compartidas por pasos seguros
de seguir viviendo,
así, para siempre,
en cada mirada, mientras la
piel pesa de tantos deseos,
unía las manos, para hacer de ello, un
contacto eterno,
sin tiempo ni espacio.
Por eso es que te entiendo, yo viví ese momento de saberte indeciso
en el camino triste de los días de escuela.
Yo supe que un amigo es todo a la distancia, es mucho, / pero entiendo que hay
más que eso en la edad, no dejes que tu rumbo te lleve
/ a lo más fácil, al baile,
al coche, al vestido, que siempre dé la espalda a nuestra realidad.
No sabes del amor, no me entendiste, no importa,
estoy luchando, pero sálvate pronto, vivir en este mundo,
pisando con firmeza la tierra, que es de todos, es la verdad.
Las horas continúan, no saben del presente, no detienen
su tiempo que lucha con la vida.
Y entonces te contemplo, te miro en el vacío,
te veo en aquel ángulo, con tu falda tableada,
consumiendo minutos entre fórmulas químicas,
entre fríos renglones del viejo Echeverría.
Y esperas en silencio que los pájaros vengan,
porque sabes que el aire no está,
en aquel salón con bancos rutinarios y tizas de colores,
está en la calle, en el grito, en la risa
sincera de tomar un café después
de haber sufrido mordiendo lapiceras, cumpliendo con las horas
/ de tu trabajo diario.
Por eso es que esperas aquel gorrión amigo, el timbre de
la tarde, que da paso a los pájaros que viven en tu pelo.
Tan distinto a los míos, mis pájaros de vida,
luchando por saber sentir
intensamente, en la pobreza diaria, en las calles, en el aire,
en esa sed del hombre que lleva
a la cultura, ahí
estoy en este siglo agonizante y triste, pero
esperando heroico el brazo renaciente….
[…]

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